La historia de Ashe

Entre sollozo recordaba vagamente el rostro de su madre, aquella mujer poderosa y venerada por todo su pueblo había sido asesinada. Ashe se acurrucaba en su colchón esperando a que todo lo que había ocurrido fuera simplemente una pesadilla, pero las lágrimas y el dolor eran demasiado intensas para que todo esto fuera un engaño onírico.


Las miradas se fijaban en la preciosa arquera Ashe, hija del hielo, que ese mismo día tuvo que crecer repentinamente ante los sucesos acometidos. Con tan solo quince años, la joven tenía que enfrentarse ante un pueblo roto, que aclamaba la venganza de su líder caída. ¿Qué podría hacer ella? Ni siquiera era una guerrera totalmente preparada, todavía no conseguía acertar algunas veces en los objetivos de sus prácticas, además las regañinas de su maestro Bauer nunca ayudaban, por no decir que éste siempre terminaba sus enseñanzas colocando una manzana sobre la cabeza de algún pobre habitante que merodeaba curioso fijando su vista en las prácticas de la chica, aunque más que en las prácticas se fijaban siempre en la propia tiradora. "Ashe, si quieres alcanzar la victoria, tendrás que aprender a no herir a tus propios aliados" Repetía siempre, y todas aquellas actividades acababan con alguien herido, sus nervios no eran de acero igual que su madre o la majestuosa Avarosa, heroína de sus leyendas favoritas. ¿Qué haría Avarosa en su lugar? Al pensar detenidamente en esa pregunta, sus sollozos cesaron y su sueño la pudo por fin visitar.

El Reino de Fréljord se encontraba en guerra desde tiempos inmemoriales, y a pesar de su sed de venganza, ella no pensaba rendirse, su madre nunca habría permitido que su sangre se derramará para comenzar una batalla sin un motivo honorable. Con su pelo platino recogido, y con el atuendo oficial de los guerreros de su pueblo, se subió a un improvisado atril y se enfrentó a su gente:

  -Sé que aún soy joven para organizar a un numeroso ejército, sé que todavía no me he enfrentado a batalla alguna para llevar a mi pueblo a una victoria aplastante, pero también sé de donde provengo, en mis venas recorre la misma sangre de vuestra amada y abatida líder, y aunque nunca me podré parecer ni un mínimo a aquella majestuosa y poderosa mujer asesinada de la manera más cobarde y cruel que puede existir en este macabro mundo, puedo llevaros a una victoria jamás imaginada. Quiero traer la paz a este reino, mi reino, porque de ahora en adelante quiero ser la líder que vosotros deseáis. Si estáis conmigo, participaréis en una guerra que quedará memorizada en los anales de los tiempos. ¡Por mi madre! ¡Por Fréljord! ¡Por Avarosa! -terminó así la joven con su discurso.

El pueblo enmudeció repentinamente, solo el frío viento rompía el silencio pesado que se originó tras ese gran discurso. El silencio fue precedido de aplausos y vítores, Bauer la miraba como si fuera su propia hija, y limpiándose las lágrimas de sus ya viejos ojos, sentía el mismo orgullo que una vez sintió por la madre de su nueva líder.






Bauer acompañó a su alumna en la labor de la caza ya que necesitaban víveres para el pueblo. Desde la muerte de su madre, el guerrero no se separó ni un momento de su pequeña Ashe. A Bauer le habían informado desde hace unos meses que se oía tintes de revolución dentro de determinadas tropas. Estos soldados no veían a la joven capaz de cuidar de su pueblo, aunque el hecho de que ésta quisiera unir todos los reinos de Freljord en uno, influía bastante en estos guerreros, a lo mejor por el tema del mercado tiempo.

Desde hace unos meses el maestro no podía pegar ojo. Vigilaba día y noche la tienda de campaña dónde su ya hija postiza descansaba. Todavía no había sido capaz de contarle los rumores que le habían quitado el sueño, se la veía tan feliz, tan concentrada, que no quería distraerla de sus labores y hacerle mal alguno. Él mismo velaría por su vida, aunque con eso tuviera que acabar la suya. 

Un halcón chillaba desde los alto y planeaba en el cielo justo encima de dónde ellos se encontraban, consiguiendo así que una presa pudiera huir de sus flechas. A pesar de que al maestro le cabreaba bastante perder su cena, presintió que algo no iba bien. Se habían internado demasiado en el bosque y estaban ellos dos solos sin los demás guardias del ejército, eso comenzó a ponerle demasiado nervioso, fue un gran error. El tiempo parecía que poco a poco se iba deteniendo, y uno de sus oídos escuchó como se tensaba la cuerda de un arco, Ashe estaba tranquila buscando alguna pista para rastrear otra vez a su presa perdida.

  -¡Ashe, corre! -gritó Bauer.

Segundos después una flecha atravesó el cuello del maestro.

Asustada y presa del pánico, comenzó a correr. No era capaz de ver a sus cazadores pero por la precisión de la flecha adivinó que sus perseguidores eran de su propio pueblo. En esos momentos comenzó a rezar: rezó a su madre, rezó a todas las mujeres que habían sido alguna vez líderes de alguno de los pueblos de Fréljord, y al rezar a Avarosa, sucedió un milagro.

Elevó su mirada al cielo y vio al enorme halcón que hace segundos volaba encima de su cabeza. Persiguió agotada al ave, sino pensaba algo rápido no podría seguir adelante y viajaría al mundo de los muertos. El halcón la condujo a un claro dónde se posó en una enorme pila de piedras. Ella se acercó rápidamente, y cuando el pájaro comenzó otra vez su vuelo, Ashe reconoció un símbolo tallado en una de ellas: el símbolo de Avarosa. 

Sus cazadores la vieron desprotegida. con el rostro asustado y lleno de lágrimas. Se relamían de placer al observarla, iban a disfrutar de su cuerpo sin ninguna duda. 

Ashe acarició el símbolo. Sintió como un gran frío golpeaba todo su cuerpo, en sus manos apareció el legendario arco de las leyendas que tanto le gustaban. Sus cazadores se convirtieron de repente en las presas de la joven muchacha. Con una sonrisa dulce y pícara tensó la cuerda invisible del arco, convirtiendo el frío aire en una enorme y perfecta flecha. 

  -¡Esto es por Fréljord! ¡Por Bauer! ¡Por mi madre! ¡Por Avarosa! -gritó.

Después, soltó la enorme flecha. 



Bueno mis ecoblogueros, no quiero estropear este escrito que tanto me ha costado con mi palabrería. Quiero decir que esta historia está basada en un juego llamado League of legends. Ashe, es uno de los personajes que forman parte de este videojuego de estrategia, y sin ninguna duda, es uno de mis personajes favoritos. 

Espero que  los amantes del LOL no hayan sufrido mucho con los cambios de la historia, y que hayan disfrutado un poco con el relato. Si alguien se ha sentido ofendido por mi macabra imaginación, pido disculpas. Un beso con mucho y hasta la próxima. 

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